PLANIFICACION
El cuerpo necesita un proceso de adaptación a la
distancia Para los que ya tengan cierta base con 3 meses de antelación
bastaría.
Nunca lo planifiques con más de 6 meses de antelación,
a no ser que acabemos de comenzar a correr. Planificar un objetivo durante
mucho tiempo nos agota y hace que lleguemos cansados física y psíquicamente.
Si
el cuerpo nos pide “marcha” en un día de descanso se puede descansar de una
manera activa, como dando un paseo caminando o en bicicleta, pero nunca salgas
a correr. Si forzamos la maquinaria y seguimos corriendo el día de descanso,
estaremos sobreentrenándonos y podríamos lesionarnos.
Para
acostumbrar al cuerpo a reservar el glucógeno muscular en pos de aumentar el
consumo de grasas (depósito casi ilimitado), deberemos hacer una vez a la
semana un rodaje en ayunas. Esto mejorará nuestra resistencia en la carrera pues
adaptaremos al cuerpo a gastar menos glucógeno, lo que hará que se acabe más
tarde y por tanto nos encontraremos con el muro mucho más tarde o incluso ni lo
sufrimos.
Intenta incluir series largas en tus entrenamientos,
con distancias que oscilen entre los dos mil y seis mil metros, y con
recuperaciones de entre 1 y 3 minutos. Los ritmos serán iguales, Haz cuestas al
principio de tu preparación, y vete sustituyéndolas por rodajes en llano a
medida que se pasan las semanas. Si realizamos muchas cuestas de cara a la
carrera , podemos modificar la técnica de carrera en llano y con ello veremos
mermado nuestro rendimiento, así que no abuses de ellas.
El
trabajo de la técnica es vital, pues como ya sabemos el corredor realiza muchas
zancadas, y cualquier alteración en la misma, disminuirá el rendimiento y hará
que nos lesionemos más fácilmente. Sería aconsejable realizarla al comienzo y
al final de todos los rodajes, ya sean cortos o largos, con 5-10 minutos
bastaría, si somos constantes.
Normalmente
los multisaltos se realizan uno o dos días a la semana como complemento al
trabajo de fuerza y técnica. Se suele encuadrar en el periodo preparatorio
general y sobre todo en el periodo específico, y fuera de estos periodos se
realizan en menor cantidad y siempre separados de la competición en al menos 10
días.
En
torno a un par de semanas antes del día de la prueba se puede realizar un tes
de la distancia que vamos a realizar en caso de que estemos preparando una
maratón haremos una media a modo de
prueba para probar las zapatillas, la ropa que llevaremos y demás preparativos
previos de carrera (hidratación, desayuno ect,…). y a ser posible que te
acompañe alguien en bicicleta para animarte y darte los avituallamientos en
caso de que estes preparando una media o una maraton
Durante
el periodo de entrenamiento procura llevar una dieta lo más equilibrada
posible, rica en carbohidratos complejos (cereales, legumbres y verduras).
Prescinde de alimentos ricos en azucares refinados, que solo aportan calorías
vacías sin ningún tipo de vitaminas ni minerales. Los dulces que debes tomar
vendrán en forma de frutas y zumos. Modera el consumo de grasas de origen
animal y tiende a incluir alimentos procedentes del mar, que aumentarán tu
consumo de omega 3 y prevendrán inflamaciones y lesiones.
Después
de cada entrenamiento incluir una bebida que nos hidrate, y nos reponga los
depósitos de glucógeno para posteriores entrenamientos, así como con proteínas
que favorezcan la rápida recuperación muscular. Una opción sería mezclar un
vaso de zumo de uva o manzana con otro vaso de leche desnatada. Si tardamos en
llegar a casa lo podremos llevar en un bidón o botellón de agua de 500 ml ya
hecha la mezcla.
El
mejor suplemento vitamínico y mineral que puede tener un corredor es el comer
de todo. No obstante, no estaría de mas tomar como suplemento un par de
cucharadas de levadura de cerveza, 3 cucharaditas de polen y una cucharada de
sésamo por las mañanas. Todas las mujeres que preparen un maratón o incluso
distancias menores, deberían incluir además un suplemento de hierro, para
prevenir su tendencia a las anemias.
Nueve días antes de la competición realiza una dieta
disociada: es decir el domingo, lunes, martes y miércoles intenta prescindir al
máximo de los hidratos de carbono ingiriendo solo proteínas y grasas a la vez
que sigues entrenando, para después jueves, viernes y sábado, realizar
justamente lo contrario, tomar muchos hidratos y pocas grasas y proteínas, a la
vez que disminuyes el entrenamiento. Con esto incidimos en aumentar los
depósitos de glucógeno al máximo de nuestras posibilidades.
Elige adecuadamente
tus zapatillas de entrenamiento, y procura tener un mínimo de 3 pares para ir
alternándolas y así reducir el riesgo de lesión. No es recomendable entrenar con
zapatillas muy viejas y desgastadas, aunque puedes aprovechar aún más esas
viejas zapatillas a las que les tienes tanto cariño y te resulta difícil
desprenderte de ellas, colocando una plantilla de silicona debajo de la
plantilla normal.
El día del maratón puedes llevar un par de zapatillas
que ya hayas probado en los entrenamientos y te sientas especialmente cómodo
con ellas. No utilices zapatillas de competición pues solo serían recomendables
para corredores muy delgados y con ritmos muy altos. Elegir zapatillas de
entrenamiento que sean un poco más ligeras sería una buena opción, aunque
correr con una zapatilla más pesada y estable redundará en menor riesgo de
lesión.
Vete
a tu médico de cabecera y pídele que te haga una analítica dos meses antes del
maratón, para así descartar posibles anemias y alteraciones en la serie hemo,
que verían disminuido drásticamente tu rendimiento. No olvides decirle que
analice la ferritina, pues es el depósito de hierro y servirá para valorar
posibles anemias latentes que se instaurarán como anemias coincidiendo con las
semanas de máxima carga de entrenamiento.
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